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viernes, 31 de enero de 2020

Nubes

Hoy me he levantado tarde, a las 5:00 de la mañana. Si, tarde, teniendo en cuenta que mi hora habitual para estampar el despertador contra la pared es a las 4:00 de la madrugada, si, un poco tarde. Me da un poco igual, estoy cansado. 

Abro la ventana de par en par para contemplar el cielo raso, inmenso y repleto de estrellas. La luna se esconde detrás de unas nubes blancas y algodonadas. Rompo un trozo de algodón y me lo llevo a la boca, no es dulce, mas bien sabe a higadillos encebollados. 

Un despertador está sonando... lejos...
Abro los ojos sorprendido. Mis manos están rebuscando inconscientemente en el cubo de basura. Una compresa de noche usada, mordisqueada y envuelta en papel higiénico descansa sobre unas cajas de pizzas congeladas, latas de cerveza vacías de marca blanca casi transparente y el paraguas destrozado por la tormenta de ayer. 
Involuntariamente echo la pota encima de la basura. 
¡Menos mal que no salpique nada! - pienso.
La vida es una mierda, - mascullo entre dientes.

Me fijo en la ventana, está cerrada. 
El bip, bip, bip del despertado me está volviendo loco.
Le apago de un tortazo, me visto corriendo y salgo volando de casa.
Llueve a cantaros.

Nubes de algodón

Escrito rescatado de mi antiguo y ya desaparecido blog: "El cuentista que casi nunca estuvo allí".

martes, 28 de enero de 2020

El cuentista infeliz

Hoy será un gran día... 
Hoy empezaré ilusionado a compartir con vosotros mis mas ocultos y atrevidos pensamientos.
Hoy empezaré a maquillar lo que soy, como un bufón antes del espectáculo.
Hoy seré yo mismo, pero no me encontrarán en ninguna de las palabras, en ninguno de los acentos o signos de puntuación, simplemente porque no existo, soy aire, soy agua, soy un fantasma del pasado, del presente y posiblemente también del futuro.
Hoy estoy libre y contento porque parece que el cielo no derramará las lagrimas de ayer, sin embargo las persianas están bajadas, la habitación oscura y fría. Estoy preparado, listo para afrontar la tormenta que asoma su cabeza de agua y fuego, pero no estoy solo, tengo una aliada, una amiga fuerte, lista, huidiza, cruel, amarga y dulce.
Pero no os la presento, porque ni siquiera sé si es real.
Hoy será un gran día. 
¿Verdad?
¡No! 

El cuentista infeliz

Escrito rescatado de mi antiguo y ya desaparecido blog: "El cuentista que casi nunca estuvo allí".