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viernes, 21 de febrero de 2020

El numero 13

13... 

Le debo bastante, creo, al numero 13.

¡Qué numero mas chulo! ¿Verdad? A mi me lo parece...

Tengo que confesar que le tengo verdadero cariño, es un numero con mucha personalidad y ademas me parece muy sexy, con curvas, atrevido. No voy a entrar en detalles, bueno si... A mi el 3 siempre me ha parecido de que tenia forma de trasero en pompa o de un par de tetas y el 1, ahí al lado... esperando... erecto... Bueno, vamos a dejarlo ahí.

No por ese detalle le debo algo al numero 13 sino porque en realidad me trae muy buenos recuerdos y está estrechamente enlazado a mi destino. 

Mi primer encuentro con mi querido numero 13 fue hace años..muchos años, cuando yo era adolescente y aun tenia pelo, me había tocado como dorsal en el equipo de balonmano de mi ciudad. Y en mi primer partido oficial marqué 13 goles. Ese año acabé como pichichi del torneo. 

Con 13 años eché mi primer polvo, ya sé, un poco precoz, pero con 13 aparentaba 18, edad que tenia la moza que me desvirgó, muy guarrilla ella, la recuerdo con cariño.

El numero 13 de una calle que no recuerdo como se llamaba estaba la oficina de mi primer curro. 

Con 13 años murió mi medio hermano Belle, un braco alemán al mar de listo y cariñoso. Es un recuerdo agridulce es verdad, pero también cuenta. 

Un día 13 nació mi guerrera, mi luz, que me rescató y me devolvió a la vida un día 13.

Así que si, creo que le debo bastante al numero 13, bueno... mientras no le deba dinero vamos bien. 





domingo, 16 de febrero de 2020

Ojos esmeralda

Otra vez sábado,  otra vez nublado, otra vez currando. Toda la semana resfriado, un día con tos, otro con mocos, otro con dolor de garganta y otro con todo el paquete. Otra vez la sueño, los mismo ojos esmeralda, el mismo diminuto hocico, el mismo suave ronroneo. Otra vez me despierto empapado, otra vez sobresaltado, otra vez con la sensación de haberme perdido lo mas importante y significativo del sueño. Otra vez con las dudas, otra vez con las suposiciones, otra vez inseguro y temblando. Desayuno, defeco, me ducho y me marcho a trabajar.

El día se me antoja largo, se me antoja sobrio, se me antoja ilusorio. 

Domingo...
Abro los ojos, miro el reloj. Las 06:00 de la mañana. Ya no puedo dormir. Desayuno, defeco, me ducho. Abro la ventana del baño. Me la encuentro otra vez en el alfeizar de la ventana de mi vecina, levanta la cabeza, me mira lánguidamente con sus ojos esmeralda y continuación me ignora. 
No me gustan los gatos, no, no me gustan, pero las gatas... las gatas...
Creo que tampoco. 
Definitivamente, no.
¿O si?

La gata
Escrito rescatado de mi antiguo y ya desaparecido blog: "El cuentista que casi nunca estuvo allí".

martes, 11 de febrero de 2020

Ted

Vamos Ted, te necesito Ted, necesito que me animes, necesito que tu lengua afilada me saque del letargo. 

Estoy deprimido Ted, estoy a un paso de tirarme por la ventana sin paracaídas, enganchando solo de la braga de mi tía favorita, que heredé cuando se marchó al otro lado... del charco...a Cuba... con un cubano. La encontré en el asiento trasero del coche, el día que la deje en el aeropuerto... con el cubano y me la quedé como recuerdo.

Vamos Ted, di algo gracioso Ted, para troncharme el pecho, para olvidarme por un momento de esta vida, del hambre en el mundo, de los desahucios, de la corrupción, de los ricos y de los pobres, de los gordos y de los flacos, de los locos, de los cuerdos, de los buenos y de los malos, de mi, de ella, y de la putada de vivir en un bajo. Joder, no puede uno ni tirarse por la ventana. ¿A quien se le ocurre comprar un piso en un bajo? Encima con patio interior, donde todos los días en vez de agua, me llueve mierda de mis "queridos" y "cívicos" vecinos. 

Venga Ted, di algo asqueroso Ted, haz algo obsceno, lo ansío,  ansío reír hasta dislocarme la mandíbula, hasta que los vecinos se quejen, hasta que me tachen de loco, hasta que les de miedo,  hasta que llegue la policía, reírme hasta morirme, hasta pudrirme, hasta acabar en un manicomio. Reír, reír y reír.

Vamos Ted, tú puedes hacerlo, anímame o hundeme en la desdicha.

Vamos Ted, confío en ti.

-Play-


Escrito rescatado de mi antiguo y ya desaparecido blog: "El cuentista que casi nunca estuvo allí".

martes, 24 de julio de 2018

Un triste enigma

No me gusta el verano, el calor, el sol, el sudor, mi sudor, el sudor de otros... 
No, el verano no es para mi. 
No lo aguanto! 
Si no fuera por esos ratos agradable en la sala de espera de mi médico de cabecera. No hay nadie, silencio sepulcral, todo desierto, todos sanos y saludables disfrutando del verano en algún lugar paradisíaco o en la piscina del barrio. 
El doctor no se molesta siquiera en salir a llamar, sabe que sólo está el rarito del libro, yo. No tengo cita ni nada, solo voy por las tardes para leer un poco sin que nadie me moleste. Está bien climatizado, parece una biblioteca pero sin libros. Si, lo sé, debería ir a leer a una biblioteca, pero me pilla mucho mas lejos de casa y el sol abrasa cual fuego valyrio. 
Que pena que solo dure un par de meses. En septiembre de repente y de la nada reaparecen los enfermitos como setas en otoño. 
Donde estaban todos?
Un enigma.
Que es lo que toman para mantenerse sanos estos meses estivales?
Un enigma...
Un triste enigma...


lunes, 12 de marzo de 2018

Recordatorio

Mira siempre hacia el sol, por la mañana, por la tarde, por la noche o simplemente cuando te apetezca o lo necesites, te hará sonreír, porque te acordarás que te he dicho que mirases hacia allá. 
Aunque a veces esté escondido detrás de las nubes, está ahí... esperando tu sonrisa.



domingo, 12 de julio de 2015

Liberación

Caminaste tanto cargando el miedo a tu espalda que olvidaste como se camina erguida, caminaste tanto entre los jueces hipócritas de las calles que olvidaste que dentro de ti hay valía, caminaste tanto en la oscuridad de tus temores que olvidaste que la luz la tienes dentro encendida, caminaste tanto a son de las palabras de los que no les importa lo que sientes que olvidaste que la vida es una, corta y tuya, caminaste tanto con los sentimientos atados que olvidaste que aun tienes alas listas para el despliegue, caminaste tanto señalados caminos que olvidaste que en un cruce te podría esperar el destino. Pero hoy, justo hoy antes del "día" tu alma se abre sin avisarte y dejas que el viento te quite el velo, dejas que el mar rompa las pesadas y oxidadas cadenas y empiezas a caminar siguiendo las señales pintadas en las piedras de la orilla. Por la arena de las frías e invernales playas dejabas un rastro de todo lo que te retuvo un día y al final del camino abres tus alas sin miedo y te alzas para abrazar tu destino.