La llamó varias veces, pero no estaba. Se marchó.
Al día siguiente por la mañana volvió
y la llamó de nuevo. Tampoco estaba. Se marchó.
El mismo día por la tarde regresó
para llamarla de nuevo. Seguía sin estar.
Durante los siguientes y últimos 10
años de su vida, cada mañana y cada tarde la llamaba.
En vano, las
palabras se estrellaban sin eco contra la fría lapida blanca.
Añoranza |
:O
ResponderEliminarMe has dejado helada
No tengo palabras
En 8 líneas consigues sobrecoger al mundo. Mis felicitaciones por tan excelente relato corto!
Waru-Besos!
http://twaruwaru.blogspot.com
¡Fenomenal! me dejas helado solo de pensarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola amigo! wow!!!! escalofriante y triste... ese monónologo sin respuesta ante la fría lápida. Muy bueno. Un saludo
ResponderEliminarHola Sebastián, un buen relato, según iba leyendo intuí su final, no podría ser de otra manera. Mucho se ha amado cuando se recuerda cada día y nos duele su ausencia.
ResponderEliminarGracias
Un gran abrazo
Sor.Cecilia
Es tan triste...
ResponderEliminarPero no creo que deje nunca de llamarla...
Muchos besos.
Uy es muy triste y bello poema. Te mando un abrazo
ResponderEliminarAy, qué pena... Espero no verme nunca en esa situación. Un besote.
ResponderEliminarY sucede como la vida misma... ¿cuántos recuerdos se guardan de aquellas personas que no corresponden de igual forma a nuestros sentimientos?, y pasan los días y los años y siguen intactos, esperando, o cuando en la lápida se deja el cuerpo amado, se debería perder la esperanza, pero el amor parece tan grande que es imposible, se vuelve eterno y solo espera el momento.
ResponderEliminarAbrazos.
Jolin que penita me ha entrao.
ResponderEliminarPor eso hay que tocar a las puertas antes de que sea tarde...
Un abrazo Sheol.
Hola, Sheol.
ResponderEliminarEstupenda y triste historia con un título y un desenlace que no nos deja indiferentes.
Enhorabuena!!
Me ha encantado, amigo.
Un abrazo muy grande.
Hola, Sheol.
ResponderEliminarEstupenda y triste historia con un título y un desenlace que no nos deja indiferentes.
Enhorabuena!!
Me ha encantado, amigo.
Un abrazo muy grande.
Hola, Sheol.
ResponderEliminarEstupenda y triste historia con un título y un desenlace que no nos deja indiferentes.
Enhorabuena!!
Me ha encantado, amigo.
Un abrazo muy grande.
Triste y bello.
ResponderEliminarUn beso
Que bonito, romántico y triste a la vez. Y como siempre, me sorprendes al final. Un besazo,
ResponderEliminar¡Hola Sheol! me alegro que te haya gustado la crónica de las tumbas Ming. Gracias por tu fidelidad, un abrazo!!!!!!!
ResponderEliminarHola Sheol, buenas noches,
ResponderEliminaruna imagen que se tiñe de tristeza,
la desilusión se agiganta con el paso del tiempo, mas en este caso creo que la ilusión se mantenía firme. (en vano)
Gran escrito!
Un fuerte abrazo
Continuar nombrando y convocando viejos amores es un modo de solidificarse y congelarse permanentemente...
ResponderEliminarun abrazo