El mundo llora en silencio las perdidas...
Desgarradores gritos de impotencia ahogados por los aplausos, por las tardías medidas que no solucionan mucho por no decir nada, ahogados por los reproches, silenciados por la irresponsabilidad de muchos, que no entienden que esto no es un juego, no entienden porque aun no les ha tocado, porque aun no se han topado con el olor hediondo de la muerte que acecha en cada esquina.
El mundo llora en silencio a sus muertos, llora a los que dieron el ultimo aliento entre cuatro tabiques tristes o tras una inmunda cortina verde, únicos testigos silenciosos de su sufrimiento y soledad.
Madres, padres, abuelas, abuelos, hijas, hijos apilados cual sacos de patatas e incinerados en los hornos del horror sin despedida ni un ultimo adiós.
El mundo sufre, los llantos son reales pero insonorizamos nuestras paredes con rollos de papel higiénico y sacos de harina. No queremos saber nada de nadie, el sufrimiento ajeno nos importa una mierda y lo único que realmente nos interesa es llenar nuestras despensas y limpiarnos el culo.
El mundo es un asco...
Os echaremos de menos...mucho, muchísimo. Gracias por cuidarnos, por auparnos, por inculcar valores, por abrazarnos, por acariciarnos, por protegernos. Gracias por vuestros consejos, por vuestras historias, por vuestra paciencia, por vuestro cariño y amor incondicional, por esas paellas o por esos cocidos de los domingos al sol.
Gracias por darnos la vida.
Gracias y perdón.
Perdón por no haber reaccionado a tiempo, por no haberos protegido.
En nombre de todos, perdón.
Desgarradores gritos de impotencia ahogados por los aplausos, por las tardías medidas que no solucionan mucho por no decir nada, ahogados por los reproches, silenciados por la irresponsabilidad de muchos, que no entienden que esto no es un juego, no entienden porque aun no les ha tocado, porque aun no se han topado con el olor hediondo de la muerte que acecha en cada esquina.
El mundo llora en silencio a sus muertos, llora a los que dieron el ultimo aliento entre cuatro tabiques tristes o tras una inmunda cortina verde, únicos testigos silenciosos de su sufrimiento y soledad.
Madres, padres, abuelas, abuelos, hijas, hijos apilados cual sacos de patatas e incinerados en los hornos del horror sin despedida ni un ultimo adiós.
El mundo sufre, los llantos son reales pero insonorizamos nuestras paredes con rollos de papel higiénico y sacos de harina. No queremos saber nada de nadie, el sufrimiento ajeno nos importa una mierda y lo único que realmente nos interesa es llenar nuestras despensas y limpiarnos el culo.
El mundo es un asco...
Os echaremos de menos...mucho, muchísimo. Gracias por cuidarnos, por auparnos, por inculcar valores, por abrazarnos, por acariciarnos, por protegernos. Gracias por vuestros consejos, por vuestras historias, por vuestra paciencia, por vuestro cariño y amor incondicional, por esas paellas o por esos cocidos de los domingos al sol.
Gracias por darnos la vida.
Gracias y perdón.
Perdón por no haber reaccionado a tiempo, por no haberos protegido.
En nombre de todos, perdón.