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jueves, 5 de marzo de 2020

La bruja

Nunca pensé que la vida solo es vida si la vives sin miedo.
Nunca pensé que algún día amaría un gatito, yo que soy mas de perros.
Nunca pensé que pensar en voz alta fuera tan fácil y que me importaría un bledo.
Nunca pensé que las princesas podrían ser brujas y las brujas ángeles sin velo.

♥♥♥♥♥

He dicho tantas veces nunca porque “siempre” me parecía una palabra extraña.
He hablando tanto tiempo en voz baja que ahora gritar me parece toda una hazaña.
He sufrido tanto que ser feliz me parecía un singular cuento de hadas.
He perdido tantas veces que pensé que vivía en un bucle de inocentadas.

♥♥♥♥♥

Nunca pensé que el ahora es mucho más importante que el será o el ha sido.
Nunca pensé que caer cerca de una u otra persona fuera tan meramente distinto.
Nunca pensé que reiría sin taparme la boca por mis dientes torcidos.
Nunca pensé que bailaría una salsa cuando lo mío es el rock bien curtido. 

♥♥♥♥♥

Ignorante soy y seré ignorante hasta que envejezca y me quede sin dientes ni pelo.
No sé nada sobre la vida y las cosas que importan y las que nada o cero.
Pero aprendo muy rápido, soy buen alumno e importante: ¡Ya no estoy ciego!
La bruja es buena maestra y su magia purifica, es amor, es aire, es agua, es fuego. 

♥♥♥♥♥

Bruja ven aquí, seré tu aprendiz.
Bruja estas aquí, sin ti era infeliz,
Bruja ven aquí, mi bella flor de lis.
Bruja estas aquí, ahora soy feliz,
Bruja eres paz, quítame el antifaz
No cambies jamás, me amarás mas y mas... 
...Y mas y mas...

La bruja

sábado, 29 de febrero de 2020

El ojo

Me siento realmente agotado. Las tres de la tarde y todavía buena parte de los azulejos del baño siguen teñidos de rojo. Iba a costar mas de lo que había calculado. Miro la cuchilla. Está muy desgastada.

Recuerdo que en el bolsillo lateral de la mochila guardo otra cuchilla. Me quito los guantes de látex despacio para que no se rompan, me quito la mascarilla y las gafas y saco con cuidado la cuchilla de la mochila. Quito el papel protector y la coloco en el borde de la bañera, cerca de la otra ya desgastada y manchada de rojo.

Mala calidad de producto, realmente mala, - pienso.

Me arrodillo al lado de la bañera. Siento que toco algo con el pie izquierdo mientras me acomodo pero no le doy importancia, tengo prisa, mucha prisa por terminar y voy fatal de tiempo. Me fijo bien en las dos cuchillas perfectamente alineadas, una oxidada y apagada y la otra brillante como un diamante.

El destello de la nueva, a la luz de los focos del techo, me llama la atención. Me acerco mas y la miro mejor. Me doy cuenta de que es diferente, parece mas grande y en el centro, la cuchilla... tiene un ojo. Si, un ojo, con su parpado y sus pestañas. Parece tener vida, parece que me mira y me absorbe, me hipnotiza y no puedo apartar la vista.

Estoy asustado. Intento levantarme. Estoy aterrorizado, porque no puedo moverme, estoy totalmente paralizado. Intento gritar, pero no sale sonido alguno de mi boca, la noto pastosa, como si hubiese estado masticando compresas de noche. Intento cerrar los ojos, sin éxito, de hecho siento como se me abren aun mas. Me empiezan a escocer y siento como las mejillas se empapan con las lagrimas que se deslizan sobre mi piel. Me arde la piel, me quema y el ojo no deja de mirarme, de absorberme.

Siento que estoy menguando, me noto pequeño, cada vez mas pequeño y el cuarto de baño es cada vez mas grande, mas rojo, como una boca gigante y desdentada, y el ojo, ay, el ojo, ahora empieza a girar, vuelta y vuelta y vuelta. No, no, me doy cuenta que no es el ojo que da vueltas sino yo, soy yo el que gira como una peonza totalmente descontrolada. Y mientras giro y giro sin parar siento como el poder del ojo  me atrae cual imán hacia el remolino en el que se acaba de convertir de repente, y sin poder hacer nada para impedirlo, me succiona...
Oscuridad... Silencio...La nada....
Cierro los ojos...

Una canción suena a lo lejos, muy lejos, es casi imperceptible. Me resulta conocida, muy conocida, la tarareo. Abro los ojos despacio, muy despacio. Me escuecen. Diviso un borroso techo blanco, unos focos me deslumbran, me doy cuenta que estoy tumbado en el suelo, boca arriba. Vuelvo a cerrar los ojos. Me pesan los parpados, me duele la cabeza, mucho, demasiado, como si me hubiesen golpeado con una maza en la nuca.

La canción conocida sigue sonando, mas fuerte ahora, mas clara: "All the single ladies (All the single ladies)" Noto que algo vibra sobre mi muslo, me toco el muslo, es el móvil, está vibrando, está sonando, está sonando en mi móvil "All the single ladies (All the single ladies)". Me doy cuenta que es el tono que elegí para las llamadas entrantes de mi jefa. No contesto, no quiero contestar, aun no se donde estoy ni que ha pasado. Despacio, muy despacio me pongo de lado, en posición fetal y vuelvo a abrir los ojos. El suelo está encharcado, mi pantalón mojado, la pared está a medio decapar y la garrafa de cinco litros de decapante está volcada, casi vacía.

El teléfono sigue sonando:
"All the single ladies (All the single ladies)
All the single ladies (All the single ladies)
All the single ladies (All the single ladies)
All the single ladies
Now put your hands up."

El ojo