sábado, 20 de junio de 2020

Muebles viejos y bizcocho recién horneado

Pasé veces por ahí, muchas, pero hoy por primera vez vi que la ventana estaba abierta. Es un bajo. Parece que el olor tan peculiar que me acercó el viento hace unos segundos para acariciarme los pelillos de la nariz, sale por esa ventana. Frunzo el ceño cuando las cosquillas me llegan al cerebro. Me suena el olor, me recuerda a algo.

Cuanto mas me acerco a la ventana abierta la visión que se manifiesta delante de mis ojos se vuelve mas clara, mas cercana, mas palpable. 
Ella está sentada en la vieja y chirriante butaca cosiendo, con las gafas en la punta de la nariz, a punto de perderlas. Me acerco mas, y también le veo a él, en el diván leyendo la prensa. Una lagrima se asoma a mi parpado derecho, no quiero llorar, así que presurosamente me alejo de esa ventana y la lagrima se detiene justo antes de brotar.   

Solo es un olor, pero un olor que invade mis sentidos y llena mi memoria de recuerdos, de ellos, de mis queridos abuelos. Ese olor que sale por una ventana abierta como una mano invisible que sin permiso hurga en mi cerebro, es un olor a muebles viejos y a bizcocho recién horneado. La fragancia de mi infancia, recuerdos de tiempos felices, otros tiempos, otra vida, otra gente. 

Me alejo mas, y todo se vuelve mas borroso, distingo aun las siluetas de los que solo viven en el recuerdo y me enfurece que ya no están, que se han ido, que me han dejado solo. Me alejo mas y desaparecen. 

Mientras camino siento como un gran trozo de granito invisible cubierto de musgo se va incrustando en mi corazón.  Es el recuerdo, es el saber que solo es recuerdo, que nunca será otra cosa que un recuerdo y lo cargo sin rechistar toda la jornada, toda la semana, porque no sé pasar pagina, no quiero pasar pagina. No me importa si pesa, si duele, mientras exista y resista el recuerdo, mientras viva, mientras ellos vivan en un olor a muebles viejos y a bizcocho recién horneado, yo lo seguiré cargando. 


12 comentarios:

  1. Todo puede traernos un recuerdo,pero el olor a una comida solemos asociarlo a cosas buenas, como son las que de pequeños nos hacían nuestras abuelas, ése olor a pan recién hecho es inimitable.
    Me encanto leer tu entrada, siempre qué tengamos recuerdos, ellos estarán con nosotros.
    Un abrazo.

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  2. Precioso… De una gran belleza y sensibilidad en las imágenes que se perciben y se sienten a través de tus letras…
    Nunca se van del todo; no, mientras esos instantes y sensaciones formen parte de nuestra vida, de nuestros recuerdos y de ese latido que jamás deja de hacernos sentir(los)…

    Un placer leerte, amigo.

    Abrazo grande, y feliz finde.

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  3. Buen relato. A veces solo te quedan los recuerdos, te mando un beso

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  4. Para mi diría aroma La palabra olor es generalmente ... El olor a la tierra mojada el aroma de mi madre cuando me bañaba el aroma del pan recién hecho el olor inteso del semen de él me asqueaba

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    Respuestas
    1. Gracias por tu aportación. A mi me parece mas apropiada la palabra "olor" porque va precedida de muebles, los muebles no tienen aroma sino olor, mas adelante utilizo "fragancia" porque ya estoy hablando de un recuerdo de la infancia y la infancia no tiene olor sino fragancia o aroma. Un abrazo.

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  5. sin lugar a dudas el escrito es maravilloso

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  6. Esos recuerdos nunca se van del todo, siempre queda una parte de ellos en cualquier lugar con sus aromas y fragancias.
    Besitos de domingo

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  7. Que texto tan lleno de emoción. Dicen que el olor es una de las cosas que más nos hace recordar. Me ha dado la impresión de ver esa ausencia con aroma de torta, de bizcocho o de lo que sea, de alguien que lo tejía con manos sabías y cariño junto a alguien que miraba de tanto en tanto sobre el periódico y los pasos que quieren acercarse pero no pueden avanzar porque, ahí, al otro lado, solo queda ese recuerdo que inunda el alma.
    Precioso y lleno de corazón, Sheol.
    Muchos besos.

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  8. Me emocione con tu relato. Yo tambien siento bronca por los que ya no estan y yo tanto amaba. Tampoco quiero ni voy a olvidarlos jamas, ni un poco. Estan conmigo, en mi dolor.
    Besos

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  9. Es fascinante hasta dónde puede llevarte un olor, y lo más curioso, es la sensación que puede producir en una persona en particular, ya que si yo oliese lo mismo, no produciría nada en mi interior. Los olores, sabores o incluso un tacto, es el pasaje que poseemos para poder viajar al pasado, y aunque a veces nos gustaría quedarnos a vivir allí, nos vemos obligados a volver a la realidad, al presente. Lo has detallado tan bien..que sin haber olido nunca esa fragancia que describes, mi olfato ha creado un falso recuerdo que ni siquiera me pertenece, y que sin embargo, ha revivido, tanto en mi nariz como en mi recuerdo, olores de un pasado que nunca volverá. ¡Ay! Qué dura es la nostalgia que no se puede curar. Maravilloso, espléndido y muy empático.
    Personalmente, lo que alivia mi enfado cuando algo se extinguió y con certeza sé que no volverá, es el recuerdo incrustado en mi cerebro, mientras piense en aquellos que marcharon y mantenga viva su esencia en mi interior, jamás desaparecerán, y se convertirán en inmortales; pues la vida podrá arrebatarme cuanto quiera, pero nunca mis recuerdos.
    ¡Un abrazo!

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  10. Trajiste a mi mente recuerdos propios de mis abuelos. Y cierto, ciertos aromas lo activan en muchos, incluyéndome. Olores y sonidos, de hecho. Cuando temprano en la mañana hay chocolate siendo preparado y se escucha el sonido de las palomas justo afuera, por ejemplo.

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  11. Los olores de la vida
    que nos acompañan
    Lo sabores van unidos a lo olores
    y la vida del olor que no sentimos, como dolor lo hicimos mientras olíamos

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