Reflejo

Le vi a lo lejos en lo oscuro del fango, abatido,

Me acerqué sin respirar apenas, pavorido.

Me llama, me guía no abandono la senda

Mis ojos no consiguen traspasar la niebla.

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Con mis manos aparto las ramas desnudas,

El espesor del barro entorpece mis piernas

Y en el claro oscuro ante mi atónita mirada,

Se perfila solemne una criatura de alas negras.

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Enlodada y temblando, cual mística figura,

Un grito salvaje de su garganta trona,

Lágrimas blancas le marcan la cara,

No son de agonía son de cólera.

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La angustia me muerde a sangre los labios,

Retrocedo despacio mis indiscretos pasos.

Una rama muerta cruje bajo mi peso y...

Me delata, se gira y me sonríe travieso.

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Bajo la mugre el dibujo de su rostro

Me suena de algo... ¡Yo le conozco!

Endereza  su pose, se acerca, me acerco,

Me mira, le miro, me había encontrado.

¡Es mi reflejo!