Llegó a su casa cansada, después de una semana bastante estresante, hoy por fin había cerrado el acuerdo con la empresa de telecomunicaciones. Se quitó los zapatos en la entrada y empezó a deshacerse de la ropa mientras sus pasos la llevaban ansiosos hacia el baño. Abrió el grifo y se preparó la bañera como siempre, con el agua bien caliente y con un poco de aceite de lavanda, para relajar cada trocito de su cuerpo. Comprobó con los dedos la temperatura del agua y satisfecha con el resultado, se marchó a la cocina. Abrió la nevera y sacó la botella de vino que le había regalado una semana antes, por su cumpleaños, Lola, su mejor amiga, y la descorchó. Cogió una copa limpia del lavavajillas, la llenó con en el néctar color caoba claro y se la llevó consigo a la bañera.
Sin soltar la copa se metió despacito en el agua caliente, dejando que el calor y el aroma del agua se apoderara y relajara su cuerpo. Cerró los ojos y pensó en lo bien que había llevado todo el asunto y en la suculenta prima que inflaría su cuenta en los días siguientes. Estiró la piernas y le dio un sorbo al vino. Se quedó como en trance, el sabor agridulce un poco amaderado y afrutado, le era muy familiar, sin embargo, no podía identificar su origen. Apretó los parpados intentado recordar, intentando buscar alguna imagen que lo identificara, pero no pudo hacerlo. Abrió de nuevo los ojos mirando el color del preciado néctar, como esperado que le contara una historia. Ni siquiera se había fijado en la etiqueta, y ahora la botella descansaba misteriosa en la cocina, encima de la encimera.
Le dio otro sorbo y volvió a cerrar los ojos, lo aguantó en la boca un buen rato, saboreando el aroma del recuerdo, que borroso, se empezaba a materializar en su mente, como una antigua película en blanco y negro. Poco a poco la imagen empezó a coger color, a coger vida. Empezó a distinguir en el centro de la imagen una mesa redonda de madera, que descansaba bajo un gran roble y encima de ella, dos vasos llenos y una botella de vino de color amarillento. Había sillas también, exactamente dos y en una estaba ella, sentada, pero muy joven. Apoyado galantemente en el árbol, un bello joven la miraba y le sonreía. Le sonaba su cara, pero aún no la relacionaba con nada, así que sin pensarlo dos veces le dio otro sorbo al vino, intentando acelerar el recuerdo, porque era eso, un recuerdo, un recuerdo guardado en algún estante de su cerebro y que el vino había rescatado. Como un eco, como un disco antiguo y rallado, la voz del joven empezó a acariciar sus oídos y desde lejos, desde muy lejos, pero con una claridad de cristal, cada vez mas intensa, le dijo:
- Vamos, solo un trago, te prometo que no te arrepentirás.
- Te he dicho que yo no bebo, por favor no insistas más, le contestó enfurruñada.
El no insistió, cogió uno de los vasos y bebió hasta el fondo su contenido, luego se le acercó y sin avisar le robó un beso, le robó su primer beso. Fue así como descubrió a lo que sabían los besos, en ese primer caso, sabia como agridulce, amanerado y afrutado, sabia exactamente al vino que hoy había llenado su copa.
Sin soltar la copa se metió despacito en el agua caliente, dejando que el calor y el aroma del agua se apoderara y relajara su cuerpo. Cerró los ojos y pensó en lo bien que había llevado todo el asunto y en la suculenta prima que inflaría su cuenta en los días siguientes. Estiró la piernas y le dio un sorbo al vino. Se quedó como en trance, el sabor agridulce un poco amaderado y afrutado, le era muy familiar, sin embargo, no podía identificar su origen. Apretó los parpados intentado recordar, intentando buscar alguna imagen que lo identificara, pero no pudo hacerlo. Abrió de nuevo los ojos mirando el color del preciado néctar, como esperado que le contara una historia. Ni siquiera se había fijado en la etiqueta, y ahora la botella descansaba misteriosa en la cocina, encima de la encimera.
Le dio otro sorbo y volvió a cerrar los ojos, lo aguantó en la boca un buen rato, saboreando el aroma del recuerdo, que borroso, se empezaba a materializar en su mente, como una antigua película en blanco y negro. Poco a poco la imagen empezó a coger color, a coger vida. Empezó a distinguir en el centro de la imagen una mesa redonda de madera, que descansaba bajo un gran roble y encima de ella, dos vasos llenos y una botella de vino de color amarillento. Había sillas también, exactamente dos y en una estaba ella, sentada, pero muy joven. Apoyado galantemente en el árbol, un bello joven la miraba y le sonreía. Le sonaba su cara, pero aún no la relacionaba con nada, así que sin pensarlo dos veces le dio otro sorbo al vino, intentando acelerar el recuerdo, porque era eso, un recuerdo, un recuerdo guardado en algún estante de su cerebro y que el vino había rescatado. Como un eco, como un disco antiguo y rallado, la voz del joven empezó a acariciar sus oídos y desde lejos, desde muy lejos, pero con una claridad de cristal, cada vez mas intensa, le dijo:
- Vamos, solo un trago, te prometo que no te arrepentirás.
- Te he dicho que yo no bebo, por favor no insistas más, le contestó enfurruñada.
El no insistió, cogió uno de los vasos y bebió hasta el fondo su contenido, luego se le acercó y sin avisar le robó un beso, le robó su primer beso. Fue así como descubrió a lo que sabían los besos, en ese primer caso, sabia como agridulce, amanerado y afrutado, sabia exactamente al vino que hoy había llenado su copa.
por Sheol 13
Que maravillosa experiencia la del primer beso, yo también lo conté en un post y disfruté haciéndolo, es un recuerdo inolvidable.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Sheol! me ha encantado el relato,y la primera parte me ha dado una envidia terrible, baño de lavanda+vino, que más se puede pedir?
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno, sheol!!
ResponderEliminarUn acierto conectar el sabor del vino con el primer beso.
Un abrazo
Si en este momento cerrara los ojos, creo que podría saborear ese vino.
ResponderEliminarMe ha encantado!!!
Besossss
Precioso recuerdo. Muy buena entrada, llena de fragante melancolía.
ResponderEliminarUn abrazo.
genial amigo, hasta el ultimo párrafo a sido emocionante.
ResponderEliminarcondor te saluda.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Te soy sincero y digo lo que pienso o simplemente te adulo?
ResponderEliminarNo. No se si es por que ya conocía el texto, pero la verdad es que no me ha gustado.
Aunque sé que lo te yo te pueda decir por un oido te entra y por otro te sale, dejame que te diga que tan importate es lo que se dice, como el cómo se dice, creo que me entiendes por donde "BOY"
ResponderEliminarJose, me parece haberlo leido. Un abrazo.
ResponderEliminarElena, no creo que tardes mucho en prepararte un baño asi. Un abrazo.
ResponderEliminarJavir, no sé si es un acierto o no, pero este es el resultado. Un abrazo.
ResponderEliminarMontse, cierra los ojos y saborea tus sueños. Un abrazo.
ResponderEliminarPedro, no estaba yo muy lejos de la melancolia al escribir el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarCondor, me alegro que te haya emocionado. Un abrazo.
ResponderEliminarNaiara, gracias por tus palabras y visita, te devuelvo el guiño acompañado de un abrazo.
ResponderEliminarEósforo, gracias por el doble comentario(amapolo), pero ya sabes mi opinión y yo la tuya, y también que por mi parte se puede cancelar el debate. Que descanses, lucero del alba. Un abrazo.
ResponderEliminarAmigo, cada día veo que te superas. Te felicito
ResponderEliminarCon un beso de ternura
Sor.Cecilia
Precioso... Que manera de contar tan bonita tienes, me ha encantado. Se vive.
ResponderEliminarUn beso.
Hermoso!!..esplendorosas letras..cuando se trata del amor..todo tiene otro brillo..y tus letras siempre tienen luz.
ResponderEliminarun beso colombiano querido amigo..y gracias por visitarme
Sheol, amigo.
ResponderEliminar¡Sorpresa!
Cambio de look pero sin perder la esencia ...
Abrazos
Hola Sheol. Hala, vaya cambio de estilo, que romántico te has puesto esta vez. Me ha encantando, casi, casi me meto en la piel del personaje, "ese baño, el vinito, el primer beso"(estoy soñando). Besos.
ResponderEliminarSor Cecilia. Gracias por tu compania. Un abrazo.
ResponderEliminarSakkarah, a veces me sale mejor que otras. Un abrazo.
ResponderEliminarYolita, es un placer visitarte. Un abrazo.
ResponderEliminarGara, gracias por la visita(sorpresa). Un abrazo.
ResponderEliminarCris, a veces es aconsejable soñar. Un abrazo.
ResponderEliminarSheol, a mí me gusto el tono íntimo e intimista conseguido.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Me parece un relato muy, muy bello. Es espectacular. Eres experto en introducir las mujeres en el baño y hacerlas relajar (este comentario es de sábado por la noche...; espero que no te moleste, tú que siempre te expresas con tanta pulcritud y sinceridad, hoy me apetecía ser algo informal). Es muy emocionante recordar el primer beso, aunque fuera sustraido con malas artes, aprovechando el alcohol de una botella de vino... me encantó.
ResponderEliminarun abrazo
no recuerdo mi primer beso, me lo borraron del disco duro
ResponderEliminarrecuerdo, eso sí, el que mi amante, el que ahora mismo descansa en la pieza de al lado, me regaló en su primera noche
beso tatuado en mi RAM, inmune a todo
Amigo Sheol.
ResponderEliminarLos besos primeros besos tienen sabores diferentes dependiendo la edad. No es lo mismo en la tierna infancia (con sabor a chicle de fresa ) que la adolescencia; unos a tabaco, otros a coca-cola y en este caso a un afrutado vino.
En todo caso el relato me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Gracias por venir a mi nuevo "bebé-blog" de fotos de Catalunya, así te vas haciendo una idea de lo mucho que hay que ver. :D
El primer beso es una imagen que siempre perdura en nuestra mente y nuestro recuerdo.
ResponderEliminarJosé, me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarEsilleviana, cualquier comentario tuyo, de cualquier forma, está mas que bienvenido, espero que lo sepas. Un abrazo.
ResponderEliminarShang Yue, es normal, no todos recordamos el primer beso. Un abrazo.
ResponderEliminarApu, gracias por el comentario, un placer visitarte. Un abrazo.
ResponderEliminarLPD, como he dicho mas arriba, depende del alcohol ingerido. Un abrazo.
ResponderEliminar¿cómo va todo? espero que bien, puesto que la rutina (al menos para mi) es una buena compañera...
ResponderEliminarun abrazo.
Hola Sheol13, me han propuesto un juego, yo te lo propongo a ti, no es nada comprometedor, mira:
ResponderEliminarhttp://pedrojescritor.blogspot.com/2011/04/pagina-89-linea-5-juego.html
Un abrazo.
Esilleviana, la rutina para mí en este momento falta, así que a veces sale el sol a veces llueve. Gracias por tus constantes visitas y cometarios, me animan muchísimo. Un fuerte abrazo.
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