sábado, 21 de agosto de 2010

Animal

He cometido la peor de las atrocidades que puede realizar un hombre. He matado.

Todo comenzó hace una semana. En el trabajo vi que había un pequeño felino de no más de 20 centímetros de largo, un gatito que al principio me pareció azul. Intenté cogerlo sin éxito. Mi técnica de caza era sencilla, cogí un saco de escombros y le eché dentro pienso para gatos. El animal para su corta edad, apenas un mes y varios días, estaba muy espabilado, todos mis intentos por cogerlo fueron inútiles. Se lo comenté a los compañeros que me dijeron que no se podía coger un gato así. La técnica que me sugerían era con una caja levantada por uno de sus lados por un palo y con un cordel atado a este. La verdad es que me piqué, tenía que capturar al gato con el saco, para cerrar bocas, sólo necesitaba el saco apropiado. Una semana después de aquello, volví a intentar coger al animalito. Esta vez lo intenté con un saco de pienso para gatos que ya estaba vacío. Dicho y hecho. El animal al olor de su comida se metió en el saco, para su desgracia. Pisé la boca del saco y lo atrapé. Con una sonrisa de oreja a oreja y con el saco en la mano fui a enseñárselo al compañero. No podía creer que lo hubiese cogido con el saco. Con la intención de capturar al gato con una caja, mi compañero se había traído una de unos 90 x 90 x 20 cm.
Le cerramos uno de los lados y la precintamos, metimos al gato dentro y tapamos. No habíamos terminado de bajar las tapas cuando vimos al gato saliendo escopetado. La caja tenía dos aperturas en los lados para utilizarlas como asas. Menos mal que tuvimos la precaución de cerrar la puerta, del pequeño habitáculo en el que estábamos, no podía salir. Arreglamos la caja y volví a dar captura, esta vez entre las mesas, al gato. Al compañero se le ocurrió que podíamos bañarlo y quitarle algo de mugre, dicho y. . . Bueno costó un poco pero se hizo, resulta que no era azul sino gris y blanco. Después de la sesión de peluquería se le hizo la pedicura, retoque de uñas concretamente y vuelta a la caja ya arreglada. En la caja pusimos pienso y agua, con el fin de que el animalito se tranquilizara y lo dejamos allí como una hora más o menos. El compañero me dijo que deberíamos soltarlo. Abrimos la caja y en cuanto vio algo de claridad saltó como el felino que es, con tan poca fortuna que le cogí al vuelo. Si queríamos soltarlo no podía dejar que correteara por allí, así que cogí un cordel, se lo até a la cintura y me lo llevé a lugar donde lo había cogido.
Intenté llevarlo como si fuera un perrito, pero los gatos no son perros y no les gusta que les paseen. Debió dejarse las pocas uñas que le quedaban, vi que tenía algo de sangre en unos de los dedos de la pata delantera derecha. Fui a echarle mano y me bufó, enseñándome los dientes, joder casi me muerde. Le puse la bota encima para sujetarlo y poder cogerlo, se revolvió y me mordió la suela. El bicho estaba furioso y no me refiero al gato, ¡Si me llega a morder! Tiré de la cuerda y logré que parase quieto lo suficiente para cogerlo de la piel del cuello, como si fuese su madre. En ese momento fue cuando decidí atormentarle aun más. Para no explayarme demasiado diré que le fui golpeando con todo lo que me iba encontrando, al llegar a punto donde debía soltarlo le miré a los ojos, tenía algo de sangre en la boca, el gato, y le dije que se iba a cagar de miedo, literalmente. Solté al gato en el suelo, sin soltar la cuerda y dejé que saliera corriendo a esconderse, cuando llegaba al final de la cuerda, tiraba con fuerza, saltando por los aires y cayendo unas veces de lado otras de cabeza y casi todas con el lomo. No satisfecho con lo que estaba haciendo decidí enseñar a volar al animalito, se supone que siempre caen de pies. Me acerqué a una zona de tierra lo cogí en mi mano derecha, el animal estaba agotado y ni se meneaba, no sabía lo que le esperaba. Lo lancé hacia arriba, debió de subir unos diez metros y no, no cayó sobre las patas. Un golpe sordo, un simple plof. Se quedó inmóvil de lado, aun respiraba, no estaba muerto pero indudablemente estaba bastante jodido. Lo cogí despacio, con mimo, sentí que el animalito aún vivía pero respiraba con dificultad, ya le había fastidiado bastante era hora de soltarlo, volví a la zona donde debía soltarlo, el lugar de donde lo había cogido. Al acercarme vi el culo de una garrafa de cinco litros con agua, seguramente la gente ponía agua y comida a los gatos del lugar. Lo más probable es que vaya al infierno por esto. Lo acerqué al agua y lo metí dentro, apenas dos segundos, el gato se reveló un momento, pareció volver a estar bien. Le miré y volvía sumergirlo otros dos segundos, no más. Era el momento de soltarlo, lo dejé en el suelo y el gato no se aguantó sobre sus patas, cayó sobre su costado izquierdo, respiraba con mucha dificultad. Lo cogí le apreté suavemente la tripa, por si había cogido agua, y le soplé la en el hocico. Nada. Dos intentos más por respirar y luego nada.
Sudaba, hacía mucho calor, me desperté. Era un sueño, pero no por eso dejo de ser un animal, por qué no tengo remordimientos de ninguna clase. Por cierto tengo un gato en casa, se llama tigre.

por Alberto Lopez Chorro
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¿Cruel, verdad? Afortunadamente todo ha sido un sueño. Afortunadamente esto solo ha sido un relato. Pero desgraciadamente el maltrato animal va mas allá de la dureza de este relato. Nosotros "Los Humanos" dominamos el mundo por ser racionales. ¿Qué es ser racional? Yo no lo sé. En mis 30 y pico años he visto tanta irracionalidad en los humanos como racionalidad en los animales de compañía. Ahora me dirán que los animales no son seres racionales. Yo le contesto : Un perro que sigue a su amo a todas partes, se alegra al verle, sabe( si le enseñas ) que puede y que no puede hacer¿le parece irracional? Si eso le parece irracional le parecerá racional que un humano ( hecho real por desgracia ) deje atado en el bosque, para que muera ahorcado o de hambre y se pudra, al pobre galgo que ya no le sirve para la caza. Que un niño de 12 años(hecho real también) atrape a un gatito y que le torture hasta la muerte.O que el mismo niño (hecho real) atrape sapos y se divierta con ellos metiéndole un tubito por el ano hinchándolos con aire hasta reventar. Ahora me dirán que los sapos son asquerosos. Más asqueroso me parece que un niño tenga ya esos actos de violencia racional hacia unos seres indefensos e irracionales.
Todo esto sin hablar de otras muchas atrocidades hacia los animales que los tan racionales seres, los humanos, realizan por que sí y por qué les da la real gana. Antes matábamos para subsistir ahora lo hacemos por qué nos gusta y por qué en nuestra mediocridad nos hace sentir superiores.
Y con esto os hago mi habitual pregunta:


¿Solo me molesta a mí lo animal que puede llegar a ser el hombre?

5 comentarios:

  1. Hola Sheol.
    Te juro que mientras leía se me estaba encogiendo el corazón... hace dos veranos apareció un minino del tamaño de la palma de la mano por mi trabajo, yo pensaba que se moriría porque por allí había más gatos y todos mayores que el además casi no veía de lo pequeño que era y todo el lugar estaba en obras con paletas y maquinaria por todas partes, cualquiera pequeño objeto que le cayera encima podía provocarle la muerte a tan diminuto ser.
    Al principio lo llamaba para darle un poco de leche y desconfiado no se acercaba pero con los días comenzó a tener confianza y era el mismo cuando me veía llegar el que venia a mi encuentro.

    Han pasado dos años y «muñeco» lo llame así porque de pequeño era como un peluche, no es un perro pero actúa como tal. Le llamas y viene, le dices que te siga y el va contigo a todas partes, le dices ¡No! y hace caso, le hago lanzarse por un tobogán, hacer equilibrios en una valla, y cuando me ve se tira a suelo y me ofrece la panza para que le acaricie...¿no es una maravilla? Y eso no lo hace con todo el mundo. Los animales nos devuelven con creces el cariño y lo poco que nosotros le damos.
    Un abrazo

    PD. El mensaje lo remití por el formulario de contacto y si todo funciona bien lo deberías haber recibido en al cuenta de correo con la que te registraste.

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  2. Me has puesto los pelos de punta con el principio, pero la realidad siempre supera a la ficción, que decir a bote pronto de los galgos, una vecina al lado de mi antiguo trabajo adoptó un galgo con unapata menos, habría que controlar a los galgueros que cuando ya no son útiles los cuelgan o diparan, sólo es un botón en una España donde llamamos arte o tradición alancear toros tirar pavos por el campanario, llenar de fuego las astas de toros etc.

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  3. Hola José, al buscar en internet alguna foto para el post he visto muchas de galgos ahorcados, mutilados, etc. No he querido colgar ninguna por lo ofensivas y violentas para la vista . Hay tradiciones muy barbaras todavía en todo el mundo donde maltratan y torturan a los animales. Un saludo y gracias por el comentario.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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