A veces pasa
Un pestañeo...
Una sonrisa...
Un gesto...
Una caricia...
Amor a primera vista.
Cuestión de fe
Como cada tarde, doña Isabel se hallaba en
la cocina preparando el menú que le habían encargado para esa noche. Estaba contenta,
el negocio de catering iba viento en popa. -Alguien llamó a la puerta.- Bajó la intensidad de los inductores y se acercó rápidamente
para abrir. Se encontró a un joven apuesto, bien vestido y deseoso de hablarle
sobre los misteriosos caminos de Dios. Doña Isabel le contestó que esperara un segundo.
Volvió a la cocina, abrió la nevera y comprobó lo poco que quedaba del
comercial de la semana pasada: medio brazo, las orejas y los morros. “¿Cuan
misteriosos son?” pensó. Definitivamente hoy tocaba hablar de esos caminos.